El hábito de fumar vapeadores, dispositivos electrónicos diseñados para suministrar nicotina o sustancias sin nicotina a través de un líquido vaporizado, ha ganado popularidad en los últimos años como una alternativa al tabaco tradicional. A pesar de la percepción de ser menos dañinos, diversos estudios indican que el uso frecuente de vapeadores puede tener efectos adversos y progresivos en los pulmones.
El daño a los pulmones provocado por el vapeo se produce principalmente debido a la inhalación de sustancias químicas presentes en los líquidos vaporizados. Estos líquidos, conocidos como e-líquidos, contienen una mezcla de propilenglicol, glicerina vegetal, sabores artificiales y, en muchos casos, nicotina. Cuando se calientan en el vapeador, estos productos químicos se convierten en aerosoles que el usuario inhala.
La exposición continua a estas sustancias puede causar diversas afectaciones pulmonares. A corto plazo, los usuarios pueden experimentar irritación en las vías respiratorias, tos y dificultad para respirar. Estos síntomas pueden ser el preludio de daños más graves a largo plazo.
Una de las condiciones más preocupantes asociadas al vapeo es la enfermedad conocida como EVALI (lesión pulmonar asociada al uso de cigarrillos electrónicos o productos de vapeo). Esta enfermedad emergió como una preocupación de salud pública en 2019, caracterizada por síntomas como tos, dificultad para respirar, fiebre, fatiga y en casos graves, insuficiencia respiratoria que requiere hospitalización. La investigación ha vinculado EVALI a la inhalación de acetato de vitamina E, un aditivo encontrado en algunos líquidos de vapeo, especialmente aquellos que contienen THC.
Además, el vapeo puede afectar la función inmunológica en los pulmones. Los estudios sugieren que puede disminuir la capacidad de los pulmones para combatir infecciones, lo que hace a los usuarios más susceptibles a enfermedades respiratorias.
La nicotina presente en muchos e-líquidos es otra fuente de preocupación. Aunque la nicotina en sí misma no causa daño directo a los pulmones, su adicción puede mantener a los individuos en el hábito de vapear, exponiéndolos continuamente a sustancias perjudiciales. Además, la nicotina puede tener efectos adversos sobre el sistema cardiovascular y contribuir al desarrollo de enfermedades cardíacas.
Mientras que los vapeadores pueden haber sido comercializados como una alternativa más segura al tabaco, los estudios indican que su uso frecuente puede causar daños progresivos a los pulmones, incluidas enfermedades respiratorias agudas y crónicas. La creciente evidencia subraya la necesidad de mayor regulación y control de estos dispositivos, así como de una mayor conciencia pública sobre sus riesgos potenciales. La mejor opción para la salud pulmonar sigue siendo evitar el consumo de productos de tabaco y sus alternativas electrónicas.